Visitas prospectivas al sector hostelero ante la llegada del contenedor marrón

Para avanzar en el cumplimiento de la normativa europea que nos exige mejorar nuestras tasas de reciclaje y minimizar los residuos que van a parar al vertedero, es necesario la colaboración de toda la sociedad: administraciones públicas, empresas y ciudadanía.

Como os venimos contando, en el marco del proyecto piloto para la implantación de la recogida selectiva de biorresiduos, la campaña de comunicación “¡Que no te resbale!” contempla distintas acciones de información y divulgación medioambiental orientadas tanto a la ciudadanía como al pequeño y mediano comercio de alimentación, restauración y hostelería.

Así, además de llevar a cabo sesiones vecinales en todos los municipios que integran este proyecto y de desplazarnos con un punto informativo itinerante por sus principales eventos populares, también se han realizado visitas prospectivas a establecimientos de alimentación y hostelería.

Y es que las acciones orientadas a este sector responden a un doble fin: por un lado, informar sobre el inminente cambio a un sistema de recogida diferenciada de biorresiduos y, por el otro, conocer de primera mano las necesidades y dificultades que los establecimientos pueden tener a la hora de reciclar correctamente la materia orgánica.

Hasta la fecha, se ha dado prioridad a las localidades con mayor concentración hostelera y en las que ya se ha implantado el contenedor marrón, visitando un total de 95 establecimientos en Los Corrales de Buelna (34), Cartes (23), Puente Viesgo (15) y Reocín (23).

Reducción del desperdicio alimentario

Durante las visitas, educadores medioambientales realizan una breve presentación sobre el reciclaje de biorresiduos y las ventajas de su recogida selectiva, a la vez que ofrecen una serie de consejos prácticos para intentar reducirlos al máximo.

En general, se les informa sobre cómo una correcta planificación en la gestión diaria del negocio es un factor clave para reducir el desperdicio alimentario: llevar un control exhaustivo de existencias, que nos evite comprar de más; tener en cuenta la estacionalidad de los productos, tanto por la calidad de los alimentos (mejores y más baratos si son de temporada), como por los patrones de consumo de los clientes; optar por ingredientes versátiles, que puedan ser aprovechados en distintas elaboraciones; informar del tamaño de las raciones y ofrecer al cliente la posibilidad de llevarse el resto, para disminuir las sobras que acaban en la basura

Del mismo modo, también completan una ficha en la que se están recogiendo los puntos críticos en la generación de desperdicio en restauración y los posibles problemas que les puede plantear la incorporación del 5º contenedor, como son el acceso a bolsas compostables de mayor tamaño, la capacidad y ubicación de los contenedores o la frecuencia de su recogida para evitar malos olores, entre otros.